Existen esos productos que pasan a ser indispensables en nuestra vida diaria y hasta llegamos a pensar que no seríamos capaces de ocupar otro producto por un largo tiempo. Esa fue mi historia con este corrector que Maybelline sacó hace un tiempo, el precio era perfecto y la cobertura también, lo amaba con mi vida y ahora llegué a odiarlo como a ningún producto antes.

Hace dos meses atrás una de mis amigas (que además vive conmigo) estaba buscando un corrector nuevo y después de tanto buscar, debido a que es la persona más indecisa del mundo, termino por comprar el corrector Stay All Day 16h de Essence, por lo cual tuve la oportunidad de probarlo y fue amor a primera corregida de ojeras (pero esa historia vendrá pronto).

Cuando compré mi propio correcto de Essence comencé a notar la gran diferencia que había entre ellos y lo seca que se veía la parte de abajo de mi ojo cada vez que aplicaba el correcto de Maybelline. De la nada paso de ser el corrector más hermoso de la vida a verse seco, poco difuminable y muy polvoriento que terminaba al final del día, incluso aunque sellara con polvos compactos al final del día no quedaba casi nada del producto en mi rostro.

Existen una gran probabilidad que mi nuevo enamoramiento por el correcto de Essence me haya echo ver todas las falencias que este tenía o que algo haya cambiado en mi rostro (porque fue de un día para otro), pero la verdad es que el resultado que ahora el corrector deja en mi rostro me ha decepcionado completamente y estoy 100% que no volveré a comprarlo, jamás.