Como notaran por la foto los dos colores más oscuros (aún cuando uno es mate y el otro satinado), y una de las ventajas que tienen es que son muy fáciles de difuminar y trabajar con ellos, por lo cual aunque el color más claro, que además es mi favorito, no es el más pigmentado del mundo trabajándolo un poco queda precioso.

Yo no soy de usar mucho blush, así que no tengo mucho que decir de esa parte de la paleta, pero hice el intento y lo use por dos días para ver cual era la duración y si era difícil o no de difuminar. Es super pigmentado así que hay que tener cuidado al aplicarlo en el rostro, especialmente porque después de ya aplicado es difícil de difuminar y puede ser un desastre. Aún así si se ocupa una mano ligera queda muy bonito y aunque se nota muy brillante en la foto, no queda tan así en las mejillas.

Con respecto al envase yo lo habría echo un poquito más chico, porque no es la paleta más transportable de la vida, pero aún así me encanto. La calidad es buena y es como alcochonadita, así que es muy agradable al tacto. Tiene un espejo en la parte izquierda de la paleta y aunque es muy chico, es de muy buena calidad y me ha servido cuando quiero uno más preciso. 

Lo brillos que tiene al final no tienen mucho color y los olores no son muy agradables (al menos para mi), pero te dejan un pequeño color en los labios y son muy humectantes, me tincan mucho para ponerlos sobre un labial y darle un poquito más de vida.

¿Del uno al siete? Le pondría un 5,5 a la paleta, porque para un look simple y para el diario los colores oscuros sirven muchísimo. Yo le habría agregado un color más piolita y mate para hacer la transición en la cuenca del ojo, porque el verde no pega ni junta, pero siempre se puede usar una sombra de otro lado. Además fue regalada por el pololo, así que eso suma unos puntitos.

Paleta Sweet Day, Pamela Grant
$1.990 (precio real, $2.990)
Preunic, Maicao & Farmacias. 

Saludos, Mimi.